También la vida consagrada un «nosotros» más grande
Hospitalidad en una comunidad religiosa de San Sebastián
Desde el miércoles 24 de febrero, en la comunidad de Donostia–San Sebastián
(las treinta y una Hermanas esclavas, junto a la joven Mar, que es una simpática hondureña, y la encantadora Ana, marroquí, con su hijo Adou de once años) tuvimos la grandísima alegría de recibir entre nosotras a Amalia (oriunda de Ghana), con sus mellizos Bonté y Julie, que aún no tenían dos años.
¡Nos habíamos convertido en una comunidad internacional! ¡Ghana, Marruecos, Honduras, España! Es estupendo poder abrir las puertas y acoger a estas personas, que nos permiten acompañarlas, siempre con el seguimiento de Cáritas, mientras se sitúan en nuestra tierra.
Nos sentimos felices de poder compartir con ellas casa y vida. Da mucha satisfacción ver cómo se van situando, colaborando en comunidad, aprendiendo el castellano y –orientadas por Cáritas- preparando y buscando un trabajo que les permita independizarse lo antes posible.
Son unas mujeres muy valientes. En este caso, las miradas de los peques, sus risas, sustos y lloros, siempre bajo la sonriente y pacífica protección de su madre, nos divierten y rejuvenecen.
Vivimos en una comunidad acogedora donde también celebramos juntas la vida. Como cuando hace unos meses celebrábamos con una comida ¡el 92º cumpleaños de una hermana y los dos años de Bonté y Julie…! Fue una fiesta muy completa, simpática y familiar, hubo muchos regalos, cantos y tartas con velas que tuvieron que soplar. El asombro de los gemelos, los sustos, aplausos y carcajadas abundaron, por supuesto en sus caras, pero también en las nuestras.
Ya se sienten “en casa”, hay que verlos salir, a las 8’30 con su satisfecha madre, a la guardería, en el cochecito que les han proporcionado, diciéndonos “agur” mientras mueven sonrientes sus manos.
Los domingos la madre, católica, los viste de punta en blanco y asisten a la eucaristía en la que “los angelitos”, desde atrás, hacen oír sus voces: así hacen presente el mundo real en nuestra seria asamblea.
Os cuento todo esto, porque estamos muy contentas, queremos compartirlo y sobre todo creo que Jesús está muy contento con estas esclavas “senior”.
- Mª Ángeles Gutiérrez del Río, ACI
Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús.
FUENTE: Revista Migraciones, número 7, Septiembre 2021, página 28