En Soria, una pareja de migrados son los delegados diocesanos de Migraciones

Cultura del encuentro en Soria

 FUENTE:Revista Migraciones, número 7, Septiembre 2021, pág. 21.

 Somos Ilza, de Brasil, y Nicolás, de Bélgica. Llevamos más de quince años en España y, desde hace tres años, somo delegados de Migraciones para la diócesis de Osma-Soria. Por lo que se refiere a las migraciones en España, estos últimos años han sido tiempos convulsos.

En primer lugar, nuestra experiencia como delegados está siendo un encuentro con Dios, cerca de los necesitados. Como migrantes, sabemos lo que es dejar el país de origen, por un motivo u otro; cuando la persona se tiene que desplazar, tiene que traer toda su vida en una maleta y dejando atrás a sus seres queridos.

Lo que promovemos en la diócesis es acoger a la gente, acompañarla a las parroquias correspondientes, y desde las parroquias, ayudan y orientan a cada persona en función de sus necesidades. Pero vemos que lo más importante es la acogida y el acompañamiento a la estabilidad de una nueva etapa en la vida de los migrantes.

En el año 2020, en nuestra diócesis de Osma-Soria, el número total de participantes atendidos ha aumentado con respecto a los atendidos en 2019, de 1395 a 1580, lo que supone un aumento de 13’26%.

Nosotros, en nuestra realidad, hemos visto llegar a más de cuarenta familias procedentes de Honduras, Ecuador, El Salvador, Colombia, Venezuela, Perú. Muchas familias han sido acogidas por las parroquias, como es el caso de la parroquia del Espíritu Santo en Golmayo, Soria, por el padre Ángel Hernández Ayllón.

En nuestras labores de acogida, también intentamos inspirarnos en las palabras de nuestro obispo, en las pautas de la delegación episcopal y en la guía de nuestros párrocos, y, fruto de ello, hemos organizado una serie de eventos. Algunas veces, con ocasión de la Jornada Mundial de Migraciones, colaboramos en la eucaristía, los migrantes acuden con su ropa folclórica, se comparte comida típica, se realizan bailes de sus países, etc. Otras veces, en época de Navidad, intentamos alegrar esta fiesta con una cesta de productos de alimentación básicos para que tengan una celebración digna del nacimiento de Cristo. En estos momentos, estamos viviendo una etapa muy difícil y especial para todo el mundo, y no es diferente para nuestra delegación; pero intentamos ponernos en contacto con videollamadas, y con eventos al aire libre.

Como dice nuestro obispo, como cristianos tenemos que “tratar como personas” a los migrantes, con independencia de su origen o situación. En los momentos de la celebración de la eucaristía, hemos visto que los migrantes llegan a integrarse dentro del tejido de nuestra Iglesia y comunidad cristiana, como una fuerza más que ayuda a navegar en estos tiempos convulsos.

Ilza y Nicolás, matrimonio

Delegados de Migraciones de la diócesis de Osma-Soria

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