Nuestro arzobispo habla de los inmigrantes con ocasión del 1 de Mayo

¿Es posible un trabajo justo… o es un sueño?

Nuestro Arzobispo Don Florencio acaba de publicar en el semanario diocesano La Verdad, con fecha de ayer 26 de Abril, un escrito para prepararnos a la celebración del 1 de Mayo, la Jornada Mundial del Trabajo, que para nosotros, cristianos, es además la fiesta de San José Obrero. Entre los trabajadores cuya dignidad no es respetada y que, por el contrario, debe ser reconocida, cita  a los migrantes. Transcribimos ese párrafo.

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Tengo bastante confianza  en la ILP (Iniciativa Legislativa Popular), que, entre otros temas, aborda la regularización de extranjeros. Estoy pensando en las mujeres extranjeras cuidando a personas mayores o dependientes. No pueden regularizar su situación porque no tienen papeles. Trabajando sin asegurar y con horarios irracionales. En este mismo grupo están los trabajadores extranjeros en el campo o la construcción, muchos de ellos trabajando en horarios irracionales  y alojados en condiciones infrahumanas. Commo Iglesia, no podemos mirar hacia otro lado. Es hora de regularizar su situación por dignidad, humanidad y justicia. “Los derechos de los trabajadores, como todos los demás derechos, se basan en la naturaleza de la persona humana y en su dignidad trascendente” (Doctrina Social de la Iglesia, 301)

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