Seguimos con la publicación del documennto Comunidades acogedoras

Comunidades acogedoras y misioneras Identidad y marco de la pastoral con migrantes Exhortación pastoral

Documento aprobado por la CXXIV Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española celebrada en Madrid del 4 al 8 de marzo de 2024.

Nota Bene.- Tras la publicación en nuestra página web de la presentación de este documento y de su resumen, hemos iniciado la publicación de su texto íntegro, que haremos por partes y progresivamente. Suprimimos las notas a pie de página. Hoy publicamos la primera parte del primer capítulo

 

  1. El contexto

 

7La acción evangelizadora de la Iglesia parte de la realidad concreta en la que los hombres y mujeres desarrollan su existencia, de sus con[1]textos humanos, culturales, sociales e históricos. El principio de en[1]carnación de toda acción misionera empuja a hacerse cargo de dicha realidad para que el mensaje evangélico pueda realmente inculturarse y así ser luz para todas las personas. Los discursos y narrativas que escuchamos en torno a la realidad de la migración están a menudo teñidos de sesgos de diferentes tonos. Desde generalizar situaciones particulares y locales al conjunto de la realidad de la migración, en realidad muy plural, hasta aquellos sesgos orientados a la obtención de réditos políticos de uno u otro signo. Si, como nos dice el Señor Jesús, «la verdad os hará libres» entonces queremos comenzar esta exhortación mirando la verdad de las personas migradas en nuestro país, con una imagen lo más aproximada a la realidad que los datos contrastados pueden aportarnos. Solo desde una mirada serena, que huya lo más posible de subjetividades, y sobre todo que mira la realidad humana del migrante a la luz de la experiencia del Evangelio, libre de polarizaciones políticas, podemos encontrar los sig[1]nos con los que el Espíritu guíe nuestro caminar como Iglesia.

 1.1. La migración y sus causas

  1. Cuando en 2007 la CEE aprobó la reflexión teológico-pastoral La Iglesia en España y los inmigrantes, nuestro país estaba experimentando un proceso intenso de recepción de población migrante como nunca había sucedido en su historia reciente. De los 1,6 millones de migrantes que había en nuestro país en 2000 se pasó a los 5,7 millones 14 Comunidades acogedoras y misioneras en 2010. Este proceso migratorio se ha mantenido constante desde entonces, solo ralentizado durante tres años a raíz de la crisis interna[1]cional de 2008. En 2023 la población nacida fuera de nuestras fronteras residente en España asciende ya a 7,5 millones de personas, cerca del 15 % de la población total del país . No obstante, a esta cifra deberíamos añadirles los más de dos millones de jóvenes y niños de la segunda generación de migrantes, que, si bien han nacido en nuestro país y son plena[1]mente nacionales, sociológicamente están a caballo entre la población migrada de sus padres y sus contemporáneos nacionales. Así pues, la realidad a la que nos referimos en este documento es la realidad de una de cada cinco personas que vivimos en España, y que ha transformado la sociedad española, y con ella, nuestras diócesis, parroquias, y co[1]munidades eclesiales. Sin embargo, es necesario mirar más en detalle y con mayor profundidad cómo es la migración en nuestra sociedad y en nuestras comunidades, qué procesos socioeconómicos subyacen a este fenómeno y cómo todo ello ha provocado esa transformación a la que nos referíamos.

 

9.Una de las primeras consideraciones que hemos de hacer es que no todas las situaciones migratorias son iguales. Si atendemos a la procedencia de los migrantes nos encontramos por un lado más de 1,5 millones de personas procedentes de las principales economías europeas (Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Bélgica, Holanda, Portugal), cuya situación en general es muy distinta socioeconómicamente a la de la inmensa mayoría de los 3,2 millones de migrantes procedentes de Latinoamérica (con quienes compartimos idioma y creencias religiosas), de los 1,4 millones de África (en su mayoría de Marruecos), de los 800.000 procedentes de países del este de Europa, o del medio mi[1]llón procedente de Asia. El contexto migratorio de estos últimos grupos viene marcado por una dinámica socioeconómica en la que participan tanto los países de emisión como nuestro propio país. Los datos sociológicos de este apartado se encuentran en la web del INE, www.ine.es. 15 1.

En este sentido, el flujo migratorio procedente de Hispanoamérica, África, Asia y Europa del Este es parte de la dinámica de globalización en la que nuestro país ha entrado de lleno en las últimas décadas como una de las veinte economías más desarrolladas del mundo. Y uno de los efectos de este proceso de globalización es que, al igual que en todas las economías avanzadas insertas en una transformación tecnológica, en nuestro país se ha generado una demanda de mano de obra para determinados sectores (agricultura, hostelería, construcción, o servicio doméstico) que los trabajadores nacionales no están dispuestos a cubrir por su menor remuneración o por sus condiciones laborales. En cierta medida esto explica por qué, a pesar de tener una elevada tasa de des[1]empleo, en la economía española aún existen miles de puestos de trabajo de estos sectores menos tecnológicos sin cubrir. Estos puestos de trabajo no cubiertos suponen un reclamo de mano de obra en el merca[1]do internacional dispuesta a ocuparlos, ya que los salarios percibidos en ellos son significativamente mayores que los que podrían obtener en sus países de origen. Así pues, como cualquier estudio serio corrobora, el mantra «los inmigrantes quitan puestos de trabajo» no resiste el contraste con las cifras reales, ya que nuestra economía demanda, porque necesita, una gran cantidad de mano de obra migrante, sin la cual el exi[1]toso desempeño de esta no habría tenido lugar. Los migrantes no solo no son una amenaza laboral para la ciudadanía española, sino que son un recurso valioso y necesario del que dependemos, sobre todo cuando están laboralmente cualificados.

10. Por otro lado, las personas migradas no solo vienen a nuestro país porque demandemos mano de obra, sino también porque en sus países de origen se han desarrollado procesos económicos dentro de este con[1]texto de globalización que los empujan a tener que migrar. Abandonar el país, el hogar, la familia y amigos es una decisión en la inmensa mayoría de los casos motivada por la necesidad. La integración de las economías emisoras en el contexto internacional ha supuesto la desaparición de gran parte de la mano de obra que se empleaba tradicionalmente en el sector primario, que, sin embargo, no ha sido absorbido por el incipiente sector industrial y terciario de dichos países emisores. Y así, se ha generado una fuerza de trabajo con pocas posibilidades de empleo en sus países de origen que tienen un incentivo muy fuerte para migrar. Es necesario señalar que en este proceso de transformación de las economías de los países emisores, España ha tenido un papel destacado, ya que nuestro país es el segundo país en volumen de inversión extranjera en Latinoamérica, teniendo las empresas españolas un gran protagonismo en la transformación de dichas economías

 

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