Texto íntegro del documento «Comunidades acogedoras y misioneras»: Preámbulo

Comunidades acogedoras y misioneras Identidad y marco de la pastoral con migrantes Exhortación pastoral

Documento aprobado por la CXXIV Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española celebrada en Madrid del 4 al 8 de marzo de 2024.

Nota Bene.- Tras la publicación en nuestra página web de la presentación de este documento y de su resumen, iniciamos la publicación de su texto íntegro, que haemos por partes y progresivamente. Suprimimos las notas a pie de página. Hoy publicamos su preámbulo.

Preámbulo

  1. En el mundo contemporáneo son muchos los signos de la sed del Dios vivo y del sentido último de la vida, a pesar de las señales que parecen indicar lo contrario. Nuestro tiempo de incertidumbres recla[1]ma sobre todo testigos que indiquen el camino hacia Dios y acrecienten la esperanza de una humanidad herida. Cuando el ambiente invita a muchos a replegarse en los cuarteles de invierno, el Espíritu Santo nos mueve justamente a lo contrario, a constituirnos «en estado permanente de misión», para «dilatar más y más el reino de Dios, iniciado por el mismo Dios en la tierra»

2 . En este contexto, por medio de la presente exhortación, queremos actualizar la identidad y el marco de referencia de la pastoral con personas migradas. Y ofrecer desde la diversidad aportada por las migraciones algunas claves que contribuyan a afrontar los desafíos del futuro en una realidad eclesial que en muchos lugares será minoría creativa y significativa, llamada a «concentrarse en lo esencial, en la viga maestra de nuestra fe», mientras va encontrando diversos modos de encarnarse y «ensanchar el espacio de su tienda» (Is 54,2). Tras la instrucción Erga migrantes caritas Christi (2004), la CEE publicó en 2007 La Iglesia en España y los inmigrantes. Se trataba de un documento con orientaciones prácticas para la aplicación de la citada instrucción en el contexto de la época. Esa reflexión teológico-pastoral continúa siendo un referente válido del que no prescindimos por la calidad y profundidad de sus planteamientos. Sin embargo, desde el 2007 se han sucedido muchos cambios en la sociedad y en la propia Iglesia que aconsejan una puesta al día que aglutina continuidad y evolución. De hecho, los datos actuales confirman lo que han ido mostrando los pronunciamientos de los obispos desde 1994 hasta la actualidad4 : que el futuro de la sociedad y de la Iglesia en España pasa por la plena incorporación de las personas migradas. En consecuencia, o somos una Iglesia acogedora y misionera, o no seremos. El deseo de responder mejor a esta realidad es lo que motiva la presente exhortación pastoral. Buscamos expresar con claridad a la Iglesia que peregrina en España el sentido e identidad de la pastoral con migrantes y actualizar el marco de esta desde un enfoque transversal y sinodal al servicio de cualquier proyecto, tanto de evangelización como de reestructuración pastoral.

  1. El pensamiento y las actuaciones del papa Francisco han incrementado el magisterio respecto a las migraciones. Francisco ha ofrecido cuatro verbos que articulan la respuesta pastoral de la Iglesia hacia las personas migradas y refugiadas (acoger, proteger, promover, integrar) y, en continuidad con san Juan Pablo II, Benedicto XVI y sus antecesores6 , propone una lectura creyente de este signo de los tiempos y sus desafíos pastorales sobre todo en Evangelii gaudium y Fratelli tutti.

4. En sintonía con el magisterio, sostenemos que es hora de continuar y promover una profunda conversión personal, sin la que será inviable la necesaria renovación eclesial. Conversión personal y pastoral, reforma de estructuras: costumbres, estilos, horarios, lenguaje, etc. Esta ilusionante tarea requiere iniciar procesos enraizados en una espiritualidad misionera centrada en la acción de Cristo por medio del Espíritu7 . La pastoral con migrantes quiere situarse en este contexto de misión y re[1]vitalización. Por ello, esta nueva exhortación ya no habla de pastoral de migraciones o para los migrantes, sino que propone una pastoral transversal con personas migradas, en una Iglesia «en salida» donde cabemos todos, trabajamos por proyectos y aprendemos que la diversidad cultural nos hace vivir mejor la catolicidad y fraternidad que ofrecemos a nuestros conciudadanos como signo de esperanza que prepara y anuncia el reino de Dios

5. La presente exhortación pivota sobre los dos grandes retos planteados por el papa Francisco en el mensaje para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado de 2021 y desarrollados por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral en su documento Orientaciones sobre la pastoral migratoria intercultural :

a) «El reto ad intra tiene que ver con la manera de vivir la catolicidad de nuestra fe. El primer paso es, por tanto, hacer espacio, ensanchar el espacio de la tienda para que se pueda incluir a todos, sin divisiones o separaciones por clases, donde todos puedan preservar las diferencias que enriquecen a la comunidad, según el modelo de la Trinidad: la unidad de Dios en quien existen tres Personas».

b) «El reto ad extra se refiere a la manera de ser una Iglesia verdaderamente misionera. Salir al encuentro de los necesitados, los descartados, los marginados, los oprimidos… que estamos llama[1]dos a reconocer y a cuidar, puesto que esto es un mandamiento del «Así pues, ya no sois extraños ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de Dios, edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, siendo la piedra angular Cristo mismo, en quien toda edificación bien trabada se eleva hasta formar un templo santo en el Señor en quien también vosotros estáis siendo juntamente edificados, hasta ser morada de Dios en el Espíritu» (Ef 2, 19-22). Y a través de la caridad y el amor, animar la conversión del corazón, sobre todo entre quienes se encuentran fuera de la Iglesia, ya sea por elección propia o porque nunca han escuchado el mensaje salvífico de Jesucristo. Esta es una llamada a ser una Iglesia inclusiva, en la que cada ser humano recibe el mensaje de salvación en Jesucristo».

6. La integración, que no asimilación, de las personas migradas en la Iglesia es uno de los signos de los tiempos eclesiales más claros. Esperamos que este documento suscite un cambio en la conciencia y el enfoque de quienes conformamos el santo pueblo de Dios. Que nos ayude a configurar las comunidades del futuro, caminando con lo que funciona o replanteando donde sea necesario el modelo de parroquia y de misión; promoviendo con quienes ya viven entre nosotros y los nuevos vecinos o hermanos comunidades acogedoras y misioneras. Conversión personal y pastoral para vivir en armonía, testimoniar y anunciar juntos la alegría del Evangelio

 

 

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