Xabier Gómez: esperanza ante la toma en consideración de la ILP para la regularización de inmigrados

Tomados en consideración

Xabier Gómez OP,

Director del Departamento de Migraciones de la CEE

FUENTE, Ecclesia digital, 18 Abril 2024

Participar en la Jornada Diocesana de Migraciones de la diócesis de Almería me dio la ocasión de acercarme a la realidad de las personas migradas y de reconocer el formidable trabajo que realiza aquella Iglesia, fundamentalmente a través de proyectos de la vida consagrada, Cáritas y el Secretariado de Migraciones.

Recorriendo los asentamientos y escuchando el testimonio de mujeres migrantes con sus hijos, o de quienes trabajan bajo el mar de plástico, no podía dejar de pensar en el trabajo que nos queda por hacer como Iglesia y sociedad hasta erradicar la cultura de la segregación y la explotación que se aprovecha de la vulnerabilidad de los trabajadores migrantes, propiciada por la irregularidad sobrevenida de tantas personas con la consecuente afectación a sus familias.

Algunas mujeres me relataron cómo sus familias llegaron a pagar hasta 6.000 euros por un falso contrato o cómo se ven obligados a cobrar menos de lo estipulado en el mismo para no perder su puesto de trabajo. Cuando hablamos de erradicar las mafias de traficantes de personas, olvidamos la cultura mafiosa que opera en rincones precisos de España. Prácticas conocidas para lucrarse de los migrantes en su lucha por acceder a papeles o al alquiler de la vivienda. Cultura explotadora que también a veces contamina la relación entre migrantes.

Pero no solo escuché problemas, también he celebrado las victorias de quienes con esfuerzo, perseverancia y trabajo van arraigando y sintiéndose parte de su pueblo y de nuestro país, como escuché en dos encuentros: uno en la mezquita y otro en la parroquia de Berja. También en la propia jornada diocesana.

Cuando el santo pueblo de Dios se pone a la escucha de los más vulnerables, cuando profundiza en su catolicidad y camina junto a los que están en las periferias, se posibilitan los milagros que transforman vidas, la necesaria conversión personal y pastoral. Lo he palpado, como en otros lugares, en comunidades religiosas e iniciativas eclesiales que llevan años integrando, anunciando el Evangelio de la paz desde la espiritualidad, las relaciones de vecindad, el trabajo en red.

Esta realidad esperanzadora nutrida por la experiencia de Dios, nos empuja a la incidencia que construye puentes, apoya las iniciativas en favor de la vida y el trabajo digno y confirma la necesidad de avanzar en la regularización de las personas migradas, tanto a través de una regularización extraordinaria, como la promovida por la Iniciativa Legislativa Popular del 9 de abril. Así como a través de la anunciada modificación de la ley de extranjería que, a pesar de los nubarrones que llegan desde la Unión Europea, esperamos contribuya a armonizar la seguridad con acercar la realidad de los migrantes a la «plena ciudadanía».

Cómo no recordar lo vivido el 9 de abril en la sede de la soberanía nacional. Primero, porque no es fácil que una ILP sea tomada en consideración; segundo, porque hacía demasiado tiempo que no se alcanzaba un consenso de 310 votos que retrató a cada partido político, también a los 33 que votaron en contra de tomar en consideración la voz de 700.000 compatriotas. Una voz sinfónica y transversal, que pretende dar voz a los que no la tienen para, junto con ellos, instar al Gobierno a proponer en seis meses una fórmula para una regularización extraordinaria de personas migradas. Una cuestión de justicia, dignidad de la persona y del bien común para la sociedad y la democracia.

Quienes trabajamos en la pastoral con migrantes, esperamos que las buenas palabras pronunciadas en el hemiciclo se conviertan en legislación y en regularización ordenada, pero efectiva. Y, sobre todo, que sirva como punto de partida para iniciar un diálogo social y político sin exclusiones para alcanzar un acuerdo de Estado en materia de migraciones. Donde las personas migradas y quienes trabajan codo a codo con ellas sean tomadas en consideración.

Gobernanza compartida

Proponer, negociar, consensuar es un arte que requiere templanza, empatía. El resultado del 9 de abril no hubiera sido posible sin el ejercicio de perseverancia, pedagogía en la comunicación y el relato, de diálogo sereno en las calles, los medios de comunicación y los despachos.

Espero que quien ahora tiene la responsabilidad de viabilizar la ILP, que es fundamentalmente el Gobierno, abra un tiempo de diálogo y propuestas a los partidos, agentes sociales, colectivos de migrantes y promotores de la ILP para que el ejercicio de gobernanza sea compartido. Una gobernanza que también ha de tener en cuenta otros legítimos intereses y condicionamientos esgrimidos durante las conversaciones por los grupos políticos.

Pero de partida, si aparcaran las ideologías excluyentes y se centrasen todos en la dignidad de las personas y el bien común, de nuevo habrá motivos para una alegría que nos hará a todos mejores y nos pueda devolver la confianza en las instituciones y la vida política que, como dicen, buscan estar al servicio de la ciudadanía y de la igualdad. Porque la necesidad es real. Habrá ruido y viento en contra, dentro y fuera de las instituciones en España y en Europa, quizás alguna campaña de contra-información en medios ha comenzado ya, pero esperamos juego limpio. Dignidad infinita de las personas y bien común, en el centro de todo. Por el futuro de Aisha, Mari Carmen, la familia Ahmed y de tantos otros hijos de la promesa, hijos de la migración.

 

 

 

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