Orientaciones para la integración en parroquias y comunidades

Orientaciones para promover la integración en las comunidades cristianas

Estas orientaciones son fruto de las XL Jornadas de delegados y agentes de pastoral con personas migrantes que tuvo lugar en Madrid el 17 y 18 de Abril de este año. Responden al cuarto de los verbos que el Papa Francisco propone para esa pastoral: acoger, proteger, promover e integrar.

No surgieron como flor de un día, sino con voluntad de permanecer e inspirar a medio y largo plazo la acción pastoral de las delegaciones y secretariados diocesanos de migraciones y -¿por qué no?- también de las parroquias y de las comunidades cristianas.

2. Cuidar nuestra espiritualidad y acompañar la dimensión religiosa de quienes llegan a nuestras comunidades, sean de la confesión o religión que sean. Promoviendo actividades tanto en el ámbito católico como en el de encuentro ecuménico e interreligioso.

2. Trabajar la “cultura del encuentro” como oportunidad de transfrmación personal y colectiva. Para que las parroquias se transformen en “comunidades acogedoras” donde acoger, proteger, promover e integrar. Ayudando a cada comunidad cristiana a discernir cómo y qué aportar para convertirse en “comunidad acgedora”, así como lo que ha de modificar para ser percibida como “hogar espiritual”, “familia” y referencia para todos, los de siempre y los que van llegando. Valorando la riqueza de cada persona que llega y poniéndola en valor, sintiéndola “como propia”.

3. Cuidar en las parroquias una acogida integral, personalizada, promoviendo la hospitalidad, generando procesos de inclusión y potenciando espacios de escucha y encuentro, lazos de amistad: por ejemplo, grupos de oración, cafés-tertulias, acciones de patrocinio comunitario como pisos tutelados por miembros de las parroquias, grupos de escucha y orientación psicológica para gestionar la soledad, talleres de formación para personas recién llegadas y también talleres sobre la cultura del encuentro que ayuden a sensibilizar y situar a las comunidades que acogen.

4. Transmitir por todos los medios posibles narraciones que muestren a la comunidad cristiana lo positivo que aporta la migración a las comunidades y a la sociedad. Cultivando una mirada universal, donde convívanlo local y lo universal, al tiempoque intentamos convertirnos en u a Iglesia esperanzadora e inclusiva, que capacita para promover acompañamientos. Hasta hablar únicamete de un “nosotros”.

5. “Hacia un ‘nosotros’ cada vez más grande”. Fomentar todo lo que contribuya a “compartir”, al conocimiento mutuo y bidireccional, dándonos a conocer ysaliendo al encuentro de quienes llegan y de sus culturas. Si, como pueblo de Dios, estamos en camino hacia la construcción de “un pueblo y una tierra nuevos”, diseñemos juntos las distintas actividades, celebremos juntos. Programemos, no “para”, sino “con” los otros. Trabajando juntos en estructuras mixtas a todos los niveles, como igaules en la pluralidad. Donde las personas migrantes sean escuchadas, sean sujetos activos y no sólo destinatarios de la evangelización.

6. Generar más historias y narraciones de encuentro entre generaciones.

7. Cuidar el trabajo en red entre nosotros y con otras organizaciones que trabajan por la integración y la acogida en los barrios y en la sociedad civil. Siendo pilares en la lucha por el reconocimiento de los derechos humanos, reforzando también el acompañamiento a quienes están en situaciones de irregularidad administrativa.

8. Apoyarnos en el Departamento y en la Subcomisión [de la Conferencia Episcopal] para la incidencia política cuando sea necesario, partiendo y extrayendo consecuencias de los conceptos de “ciudadanía plena”, “trabajo digno”, “identidad común” y “comunidad de pertenencia y solidaridad” que encontramos en Fratelli tutti.