Europa rechaza a los inmigrantes y España obedece.

«Hay una estrategia europea de impedir que estas personas lleguen al continente. Esto es una isla-cárcel»

España ha batido un trágico récord este fin de semana: nunca antes habían llegado tantas pateras con personas migrantes en tan poco tiempo. La situación en los puntos de llegada es absolutamente insostenible

Para hablar sobre las causas que subyacen este auténtico desastre, contamos con Judith Sunderland, directora adjunta de Human Rights Watch en Europa y Asia Central, Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria y Antonio Viera, capellán del CIE de Barranco Seco en Gran Canaria

 

CADENA SER, Madrid, 09/11/2020 – 21:37 h. 

Este fin de semana se ha batido un récord dramático en nuestras costas: nunca antes España había vivido la llegada de tantas pateras en tan poco tiempo. Las organizaciones de rescate denuncian que la situación es insostenible, especialmente en los puntos de llegada. Nunca habían llegado 2.000 personas a las costas españolas en solo 48 horas.

Para hablar sobre las causas que subyacen este auténtico desastre, contamos en este programa de ‘Hora 25’ con Judith Sunderland, directora adjunta de Human Rights Watch en Europa y Asia Central, Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria y Antonio Viera, capellán del CIE de Barranco Seco en Gran Canaria.

Judith Sunderland, directora adjunta de Human Rights Watch explica que «hay gente hacinada, en carpas sobre el suelo, en condiciones que no garantizan su salud ni su integridad. No me puedo imaginar cómo debe ser su situación».

Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria asegura que «Hay una estrategia europea de impedir que estas personas lleguen al continente. Esto es una isla-cárcel, Europa no quiere que estas personas lleguen al continente. Hay una descoordinación entre los distintos ministerios. Aquí hay condiciones para que las personas permanezcan aquí 72 horas y luego se produzcan derivaciones, pero aquí hay una oposición frontal por parte de la Unión Europea».

Judith Sunderland, directora adjunta de Human Rights Watch

Vimos gente hacinada, en carpas sobre el suelo, en condiciones que no garantizan su salud ni su integridad. No me puedo imaginar cómo debe ser su situación. 

Hay protocolos que se aplican para intentar separar a las personas y prevenir el COVID-19 para aislar a las personas que tienen síntomas o han dado positivo. La realidad es que es muy difícil controlar que las personas no se junten. 

Es una lástima que las autoridades hayan restringido el acceso a los periodistas y fotoperiodistas. 

Antonio Morales, presidente del Cabildo de Gran Canaria

Estamos intentando denunciar lo que está pasando. No tenemos competencias. La situación del puerto es insostenible. Es una situación inhumana. Tuve la ocasión de compartir con el ministro del Interior un tuit en el que había una rata corriendo entre las personas. 

Hay una estrategia europea de impedir que estas personas lleguen al continente. Esto es una isla-cárcel, Europa no quiere que estas personas lleguen al continente. Hay una descoordinación entre los distintos ministerios. Aquí hay condiciones para que las personas permanezcan aquí 72 horas y luego se produzcan derivaciones, pero aquí hay una oposición frontal por parte de la Unión Europea. 

Hay instalaciones de Defensa y no se las cede a Interior, ni a Inmigración. No se están haciendo las políticas de exteriores necesarias. Europa está mirando para otro lado. Están dejando a España también en esta situación. 

A nivel local estamos trabajando de manera coordinada. El diálogo es fluido. El Gobierno central está haciendo poco caso a la comunidad autónoma. Es preocupante. Muy preocupante que se hagan oídos sordos a la falta de transparencia que estamos viendo. 

Los que somos conscientes de que estamos ante un polvorín somos nosotros. 

Antonio Viera, capellán del CIE de Barranco Seco

Son 23 personas las que van a repatriar. Es el primer grupo que entró en el CIE. Son dos chicos de Gambia, uno de Guinea Bissau y 19 de Senegal. Es un vuelo de deportación, no de repatriación. Ellos no saben nada de lo que va a suceder. Hoy les encontramos bastante más desanimados, no había la algaravía que se podía formar otros días. Intuyen que algo hay, sobre todo después de la visita de Grande-Marlaska. 

Es así de inhumana la ley de Extranjería. Recibirán la notificación diez horas antes de irse. No se respetan los más mínimos derechos fundamentales. Se les niega esta información, hasta diez horas antes incluso. 

Les devuelven a Mauritania. Un país que no es el suyo. Sabemos además el mal trato que reciben allí. El otro día le sacaron de la cárcel a un chico y lo pusieron en la frontera con Mali. 

Nos cuentan su deseo de poder tener un trabajo aquí, una familia. Canarias es solo una zona de paso, su proyecto migratorio está en Europa y en España. 

Es una impotencia, un dolor. Sí que les decimos algo de manera indirecta, les damos un teléfono de contacto y un correo electrónico. La verdad es que es un dolor y una impotencia. Al final uno se pregunta si está colaborando en esto. La vida en el CIE es estrictamente carcelaria. Son dos horas de patio y el resto del tiempo están dentro con dos grupos burbuja. 

Es un régimen prácticamente carcelario sin haber cometido ningún tipo de delito. Desgraciadamente el pueblo canario que siempre ha sido acogedor, porque hemos sufrido también la migración, están introduciendo este sentido de rechazo, de xenofobia. Agravado con este tiempo de pandemia. Está generando un malestar y algunos grupos políticos lo están aprovechando. Manifestaciones donde se expresa el racismo. 

 

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