Cuando llegar a la mayoría de edad es una desgracia
La pesadilla de cumplir los dieciocho: «No hay ayuda, nos echan a la calle sin papeles»
A cientos de kilómetros de su tierra, en centros saturados y con escasa atención, este es la realidad que viven buena parte de los menores no acompañados
Iranzu García Vergara, Enviada especial a Lanzarote
FUENTE: El Debate, 10/07/2024
El drama de la llegada masiva de a llegada de menores extranjeros no acompañados (MENAs) a las Islas Canarias de forma masiva ha colapsado la capacidad de los centros para poder acogerlos y darles una atención óptima. Lanzarote es la que mayor parte de estos menores recibe debido a su proximidad con la costa africana. Este año han llegado casi 6000 menores, aunque finalmente en la isla se da atención a alrededor de 240 repartidos en 9 centros de acogida.
Uno de estos centros es Casa del Mar, situado en Arrecife. El exterior del edificio está corroído y se pueden apreciar algunas cortinas que tapan el interior de las habitaciones en las que se alojan los menores. Ahora apenas viven 15, aunque en su punto álgido han llegado a vivir algo más de 40 menores. Y, es que, este centro cerrará sus puertas en las próximas semanas tras recibir una denuncia por las malas condiciones en las que están viviendo los menores.
«La comida es muy mala y algunas habitaciones no están en buenas condiciones»
Los propios chicos que viven en el centro y que salen a la calle a tomar el aire, cuentan a El Debate cómo es su día a día dentro de la Casa del Mar. Yassin (nombre ficticio) relata que la comida que sirven en el centro «es muy, muy mala», y enfatiza «los de la Fundación Samu no nos dan buena comida». Además, cuenta que aunque en general las habitaciones no están en mal estado, hay dos que sí que no están en buenas condiciones. Algo que denota el colapso que están viviendo los servicios de la isla para atender en las mejores condiciones a estos chicos.
Yassin trata de buscar una mejor vida aquí en España. Durante el curso va al instituto como el resto de chicos de su edad, aunque echa de menos su tierra y a su familia. Este chico de 15 años, lleva tres años viviendo en España en diferentes centros de acogida a menores «echo de menos a mi madre, hace tres años que no la veo. También a mis hermanos. Mi padre murió», lamenta. Otra de sus denuncias es el poco caso que les hacen por parte de los cuidadores del centro: «Llega, abre la puerta, y vigila cuando salimos, no hacen más», asegura.
A pesar de ello, Yassin es un joven simpático y risueño. Una de las personas con las que tiene afinidad es con el dueño del bar Casa Polo que se encuentra en la puerta contigua al centro quien relata que no tiene «ningún problema con los chicos, el trato es muy bueno»
«Muchos chicos duermen en casas ocupadas»
Uno de los horizontes más temidos de estos chicos es cumplir los dieciocho. En esa situación están varios de los menores del centro: «Nos echan sin arreglarnos los papeles, sin nada», aseguran que nadie les ayuda. Uno de ellos, se asoma a una de las ventanas del centro y lamenta que cumple dieciocho años dentro de poco: «No me dan papeles, no me arreglan la documentación».
Yassin afirma que ante esta situación muchos de estos jóvenes que son mayores de edad y mandan a la calle, acaban «durmiendo en casas ocupadas».
Podrían habilitarse más espacios en el puerto»
La presidenta de Autoridad Portuaria, Beatriz Calzada, cuenta que la instalación de estas carpas no tiene otro fin que «acoger a los menores no acompañados y darles una primera atención de la mejor manera posible». Actualmente Canarias ha recibido a más de 19.000 migrantes cifra que casi triplica la de años anteriores, entre ellos 6.000 menores. La previsión es que esta cifra aumente con la llegada del buen tiempo.
Si la situación continúa siendo crítica y en un estado de emergencia social, el Gobierno de Canarias se plantea habilitar «algunos espacios donde cabría la posibilidad de establecer un centro de mayor permanencia», algo que podría ser viable en algunos espacios, asegura Calzada. Aunque es un proceso en el que «se está trabajando» debido a que este tipo de gestiones requieren de la autorización del Gobierno de España.
Una situación que preocupa a Calzada debido a que «la llegada de menores no acompañados es algo que nos afecta a todos y no podemos ponernos de perfil ni mirar para otro lado.»
En esta situación crítica lo importante es atender a estas personas que llegan y, asegura que estas carpas son una solución temporal que ayuda a todos ellos y por eso insta a «aportar y colaborar en todo lo posible» y atendiendo al «respeto y dignidad de estas personas».
Aunque se espera que «dure el menor tiempo posible» no se sabe hasta cuándo estarán instaladas estas carpas.