Mi preocupación sería quedarme sin los inmigrantes

¿Cambian las preocupaciones?

María de la Válgoma

FUENTE: Vida Nueva, nº 3383, 19/25 Octubre 2024, pág. 50.

Estoy bastante segura de que no les extrañará que empiece mi curso en Vida Nueva hablando de inmigración. Cuando días atrás el CIS sacaba su encuesta de septiembre diciendo que la primera preocupación de los españoles era la inmigración, me quedé estupefacta. En la encuesta del mismo organismo hecha en junio, la inmigración estaba en el noveno puesto. ¿Cómo sólo tres meses después ha escalado hasta ser la principal preocupación de los ciudadanos?

Es cierto que la extrema derecha y quienes están cerca –como el primer partid de la oposición, el PP actual- son muy eficaces a la hora de lanzar infundios y alarmas a la población. Las imágenes diarias de cayucos llegando a Canarias dejan claro que hay una crisis humanitaria, porque están sobrepasados y no es comprensible que se les deje solos, pues es un problema de España y de Europa.

Pero hay gente muy crédula y muy mal informada. A buen seguro desconocen que la mayoría de las personas que vienen a nuestro país como inmigrantes, no entran por el sur o por el archipiélago canario, y no son africanos, sino que llegan sobre todo a Barajas y proceden en su mayoría de países iberoamericanos: Venezuela, Colombia, Perú, Honduras, Ecuador, si bien los marroquíes están ahora en cabeza.

Del África subsahariana, donde hay más guerras y mayor inseguridad, no suponen ni el 5% de los que llegan, aunque son los que los medios nos muestran y los más odiados y vilipendiados por la extrema derecha, quizá porque son los más vulnerables y los más pobres. Y además negros, los más distintos a nosotros. Si son menores, son tachados de delincuentes y violadores, aunque nadie se haya atrevido –aún- a decir que se van a comer a las mascotas de los españoles, como hizo el delirante Trump en un debate televisivo.

No es, por desgracia, algo exclusivo de España. En Europa también, muchos de los países en los que más ha crecido la ultraderecha y que ha llegado a Gobierno como Italia (Núñez Feijóo visita y alaba a Meloni por expulsar a extranjeros y condenarlos a estar en países no seguros, viviendo en campos de refugiados, en condiciones en muchos casos casi inhumanas).

O que han copado las instituciones: Hungría, Polonia –frenada ahora por Tusk-, República  Checa, Finlandia, y ha aumentado enormemente en Francia, Alemania, Austria, Bélgica…Y todos han centrado sus victorias en la expulsión de inmigrantes. Como si ese fuera el problema más importante de sus países.

Me cuenta una de mis hermanas, que vive en Alemania desde hace más de 40años, que hace poco la televisión emitió un reportaje sobre qué pasaría en Alemania si se expulsara a todos los inmigrantes. La conclusión era que el país quedaría prácticamente paralizado; habría que cerrar hospitales, colegios, restaurantes y un larguísimo etc. Y lo mismo ocurriría en otros muchos países europeos,

Vivo en un barrio donde hay muchos viejos. Los veo en una plaza al sol, con sus “cuidadoras” de  dulces acentos y les tratan con cariño. A mi vecina con Alzheimer  desde hace más de 15 años, la cuida una persona, Inés, de una bondad y paciencia infinitas (creo que es la persona más buena que he conocido en mi vida). Tiene 72 años y está deseando jubilarse. Le pregunté por qué no lo hacía: “Porque yo cuido bien a la Sra. Lolita y la quiero, y si me voy, va a venir lguien que no la va a querer”.

Díganme si la inmigración es nuestra mayor preocupación. La mía sería quedarme sin ellos.

 

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver Política de cookies
Privacidad