SENEGAL, ¿UN POCO DE ESPERANZA?

Salió de la cárcel el 14 de marzo, y diez días después se convirtió en el presidente de Senegal. Se llama Bassirou Diomaye Faye, líder del partido Patriotas de Senegal por el Trabajo, la Ética y la Fraternidad (PASTEF). Ganó las elecciones del día 24 de marzo con el 57% de los votos, lo que no hará necesaria una segunda vuelta.

Senegal, situada en África occidental, tiene una superficie de 196.710 kilómetros cuadrados y unos 17 millones de habitantes. El 75% de ellos tienen menos de 35 años.

Las elecciones debieron celebrarse el 25 de febrero. Pero unos días antes, el presidente Macky Sall, que lo es desde hace 12 años, decidió aplazarlas hasta el 15 de diciembre. Quería ser reelegido por tercera vez, aunque ello es anticonstitucional, y necesitaba ese tiempo extra para reprimir a los movimientos populares y aceitar los mecanismos para la reelección. Buena parte de la población lo considera un gobernante corrupto y autoritario.

Miles de ciudadanos se echaron a las calles, y el Consejo Constitucional anuló el decreto del presidente y dijo que las elecciones debían celebrarse “lo antes posible». Para apaciguar la situación, el gobierno liberó alrededor de 1.000 personas que mantenía en las cárceles, la mayoría de ellos activistas y opositores políticos, entre ellos Faye, y las elecciones se hicieron el 24 de marzo.

Durante décadas, la economía de Senegal ha dependido de la minería (hierro, circonio, oro y fosfatos), pero recientemente han tomado gran importancia el petróleo y el gas. También son importantes la pesca y el turismo.

Las condiciones de vida se han deteriorado en años recientes. Las prácticas pesqueras europeas y chinas han dejado a los pescadores locales sin su fuente de sustento. Tres de cada diez jóvenes no tienen trabajo y optan por la emigración como única salida; migran a Europa por la vía de las islas Canarias, jugándose la vida en precarios cayucos.

Según una investigación de la Fundación por Causa y Al Jazeera, la policía encargada de la represión ha sido entrenada por efectivos policiales de varios países europeos, entre ellos la Guardia Civil española, en el marco de la cooperación para evitar la salida de migrantes. Senegal ha recibido 75 millones de euros de la Unión Europea para impedir las salidas hacia Europa.

El presidente Faye gobernará un país donde la tercera parte de sus habitantes viven bajo el umbral de la pobreza y donde la corrupción se halla muy extendida en las instancias oficiales.

 

 

 

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