¡Y, con tantos obstáculos, aún siguen viniendo!

FRONTEX, EL MONSTRUO QUE CRECE Y CRECE

 Fue creada hace 20 años, para coordinar la acción fronteriza de la Unión Europea. En sus primeros años fue tan desconocida como inútil. Pero en años recientes su crecimiento ha sido exponencial. Su primer presupuesto fueron seis millones de euros anuales. Hoy son 754 millones. Su personal alcanza los 5.000 efectivos, que serán 10.000 en 2027.

Es la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) es considerada como el brazo armado de la política de militarización de las fronteras de la Unión Europea dentro de la guerra a los migrantes, función que realiza con tanta opacidad como impunidad.

Su currículum está plagado de vulneraciones a los derechos humanos de migrantes y refugiados. En 2021 se conoció que la cúpula de Frontex estuvo implicada en la devolución ilegal de casi 960 solicitantes de asilo, abandonados en precarias embarcaciones hinchables por la Guardia Costera griega en el mar Egeo.

Frontex gasta la mayor parte de su presupuesto en vigilancia aérea, marítima y terrestre, y en deportaciones de migrantes o “retornos voluntarios”, una de las prioridades de la UE. En la persecución a migrantes utiliza drones, helicópteros, satélites, torres de vigilancia, cámaras térmicas, sondas de CO2, detectores de ritmo cardíaco, geo-radares…

En 2021 participó en la deportación de 18.000 migrantes irregulares, y en 2022 de 24.850, incluidas expulsiones colectivas prohibidas por el Convenio Europeo de Derechos Humanos.

Casi un tercio de las 32.400 personas capturadas en el mar por las fuerzas libias y obligadas a regresar a Libia en 2021 fueron interceptadas gracias a la información proporcionada por Frontex a los guardacostas libios.

Su presupuesto para las operaciones de “retorno” (es decir, para la deportación de migrantes) pasaron de 80.000 euros en 2005 a más de 69 millones actualmente. Y destina un millón a su “Oficina de Derechos Fundamentales”, que se vio obligado a crear para lavar su cara tras los numerosos casos de violaciones de los derechos humanos que arrastra; Gasta 50 veces más en deportar migrantes que en velar por sus derechos fundamentales.

Son datos que aparecen en el informe “¿Quién vigila al vigilante?”, elaborado por el Centre Delàs d’Estudis per la Pau.

Las operaciones de Frontex se realizan en colaboración con las fuerzas de seguridad nacionales, lo que quiere decir que la Comisión Europea y los gobiernos de sus Estados miembro participan de la vulneración sistemática de los derechos humanos practicada cotidianamente por Frontex, ante los cuales ninguno levanta la voz. Lo prioritario para la UE no es respetar los derechos de las personas que huyen de la guerra, la persecución o el hambre, sino impedir que lleguen, no importa el precio.

 

 

 

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