La mortífera ruta del Darién
El ”tapón del Darién” es una franja de espesa selva virgen de casi 6.000 kilómetros cuadrados en la frontera entre Panamá y Colombia. Por allí pasaron casi medio millón de migrantes en 2023. Eran venezolanos, ecuatorianos y haitianos, pero también chinos, indios, bangladesíes, afganos o cameruneses… Tenían que llegar a Panamá, y luego continuar el calvario atravesando toda Centroamérica y México, con la esperanza de llegar al Norte, a Estados Unidos. Sólo se puede cruzar pagando. Son cientos de dólares, pero es prácticamente obligatorio contratar un guía, aunque eso no garantiza la vida al bordear un cerro o superar las violentas corrientes de los ríos.
Deben sortear barrancos y lodazales, mosquitos y animales peligrosos. También el crimen organizado, que ha convertido este inhóspito territorio en un lucrativo negocio a costa de la desesperación de cientos de miles de personas. Ellos lo llaman el “infierno verde”, que se ha tragado a cientos de muertos y desaparecidos.
Tampoco allí hay rutas seguras para los migrantes que se ven obligados a exponerse huyendo de la pobreza, los conflictos o la violencia en Latinoamérica y otras zonas olvidadas del mundo.