Lampedusa se traslada a Canarias

El semanario católico Vida Nueva, en su número 3.199 del 7 al 13 Noviembre 2020 escribe el siguiente Editorial con el título arriba indicado:

Más de 11.400 inmigrantes han llegado a las cosas de Canarias en los diez primeros meses de este año. El flujo de extranjeros que proceden de África se ha disparado un 664% con respecto a 2019, unos datos que han llevado ya a rebautizar a lals islas como la “nueva Lampedusa” de Europa, por el drama humanitario generado. Lo cierto es que tanto las autoridades locales como las entidades sociales, entre ellas la Iglesia, se encuentran desbordadas para responder a esta emergencia. Ni,las carpas instaladas en los puertos ni los hoteles cedidos por los empresarios son suficientes para poder atender con una mínima dignidad a quienes han sobrevivido a la travesía en patera.

Tampoco parece haber una respuesta coordinada desde el Gobierno central para facilitar los traslados a la Península, y las expulsiones están paralizadas por la pandemia, que, por su gravedad, está contribuyendo a diluir la magnitud del problema ante la opinión pública. Una vez más, la realidad destapa la ausencia de una mínima política migratoria común, la falta de recursos públicos y la incapacidadde la sociedad para conjugar en presente al menos uno de estos verbos: acoger, proteger, promover e integrar.

Y en ese mismo número, en la sección “Iglesia en España” dedica dos páginas a este drama y a la respuesta que las dos diócesis canarias están tratando de darle.

Por ejemplo Antonio Viera, capellán del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Barranco Seco, en Gran Canaria, dice: “Se están vulnerando continuamente los derechos en cuanto a una acogida digna, porque han estado hasta 1800 personas hacinadas en el muelle de Arguineguín sin las medidas sanitarias necesarias”.

Ante esa realidad, las dos diócesis insulares se vuelcan con los migrantes, alejando cualquier discurso xenófobo que agita a las masas alertando de una supuesta invasión. La Iglesia avanza en su campaña de sensibilización con una “invasión de humanidad”, hospitalidad, acogida y derechos humanos.

El capellán añade que “Los caminos de solución pasan por abrir corredores humanitarios y visados humanitarios. La mayoría de ellos [los migrantes] traen un proyecto migratorio cuyo término no es Canarias, sino Eurpa, porque tienen familia allí. Nosotros sólo somos puente”.

“No obstante, aplaude al juez de control del CIE de Barranco Seco Arcadio Díaz Tejera, que prohibió que hubiera más de 42 personas, puesto que no se dan las condiciones para implementar medidas de distanciamiento social por el COVID”

Nuestra página web ya publicó otra noticia relativa a este juez: “Un juez de Canarias contra los CIES”.

En la diócesis de Tenerife ofrecen idéntica solución. Jesús Alberto González, Delegado Diocesano de Migraciones insiste: “Generemos los corredores humanitarios para quienes huyen del conflicto. Un región [Canarias]  no puede quedarse sola y se necesita la implicación del Gobierno [central] y de Europa”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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