Quiénes Somos

Las personas migrantes, refugiadas, desplazadas y las victimas de trata se han convertido en emblema de la exclusión porque, además de soportar dificultades por su misma condición, con frecuencia son objeto de juicios negativos, puesto que se las considera responsables de los males sociales.

El Secretariado Diocesano de Migrantes, Refugiados y Trata busca acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes, refugiados y víctimas de trata para que alcancen su pleno desarrollo humano integral. Si ponemos en práctica estos verbos ayudamos a la comunidad mundial a acercarse a los Objetivos del Desarrollo Sostenible.

Los migrantes son sólo una parte de la responsabilidad del Secretariado, la otra se mira al ampliar el foco de la cámara, como si fuésemos un buen fotógrafo y así vemos algo más que la realidad sufriente del migrante y ahí es donde nos encontramos a los demás, a los otros miembros de la sociedad. Cuando hablamos de migrantes estamos hablando de nosotros. Si se amplia el foco y dice estamos hablando de nosotros, es un mensaje que nos interpela a todos, no nos puede dejar indiferentes. En el trato que tenemos hacia los migrantes, los pobres, las víctimas de trata, se muestra cuales son nuestros valores y cuáles nuestras prioridades.

No está en juego solo la causa de los migrantes, sino de todos nosotros, del presente y del futuro de la familia humana.  Los migrantes, especialmente los más vulnerables.  El fenómeno global de las migraciones nos ayuda a pensar y a buscar librarnos de exclusivismos, de indiferencia y de la cultura del descarte.

Nos propone un reto:  reapropiarnos de nuestra vida cristiana en su totalidad  y a contribuir, cada uno desde su vocación, a la construcción de un mundo cada vez más humano para todos.

NO SE TRATA SOLO DE MIGRANTES

“No se trata solo de migrantes”: La presencia de los migrantes y de los refugiados, como en general de las personas vulnerables, representa hoy en día una invitación a recuperar algunas dimensiones esenciales de nuestra humanidad, que corren el riesgo de adormecerse con un estilo de vida lleno de comodidades.

Se trata de nuestros miedos,

  • El problema no es sentir esas dudas y ese miedo, el problema es cuando esas dudas y esos miedos condicionan nuestra forma de pensar y de actuar, hasta el punto de convertimos en seres intolerantes, cerrados u quizás, sin darnos cuenta, incluso racistas. El miedo nos priva de la capacidad de encuentro con el otro, con quien es diferente.

Se trata del amor y respeto a la vida

  • Lo qué está en juego es el rostro que queremos tener como sociedad y el valor que damos a cada vida, de la capacidad de dejarse conmover por el otro.

Se trata de nuestra humanidad

  • La compasión, un sentimiento que no es fácil entender solo a nivel racional, La compasión toca una fibra más honda de nuestra humanidad, provocando un apremiante impulso a estar cerca de quienes vemos en situación de dificultad. Sentir compasión significa dar espacio a la ternura que a menuda la sociedad actual nos pide reprimir. El abrirse al otro nos lleva a crecer en humanidad, a reconocerse parte de una comunidad y a interpretar la vida desde la lógica del don, buscando el bien común.

Se trata de no excluir a nadie y de poner a los últimos en primer lugar, de atender a la persona en su totalidad, a todas las personas.

  • El auténtico desarrollo es aquel que pretende incluir a todos los hombres y mujeres del mundo, promoviendo su crecimiento integral y preocupándose también por las generaciones futuras. El espíritu individualista es terreno fértil para que madure el sentido de la indiferencia hacia el prójimo, que lleva a tratarlo como puro objeto de compraventa.
EL Papa ha invitado a las Naciones Unidas a realizar unos Pactos Mundiales sobre la migración segura, regular y ordenada y los refugiados.

Los procesos iniciados por las Naciones Unidas para la elaboración de dos Pactos Mundiales – uno sobre la migración segura, regular y ordenada, y el otro sobre los refugiados – representan una oportunidad única para articular una respuesta conjunta, en términos de cooperación internacional y de responsabilidad compartida.

El pasado mes de diciembre, se firmaron estos Pactos Globales en Marrakech, el gobierno los firmo y esto supone el cumplimiento para las distintas administraciones. Es un pacto importantísimo, es verdad que no tiene vinculación legal porque no podía serlo, es un impulso moral al menos para que los ciento y pico países que los firmaron por desgracia Estados Unidos, Brasil y algunos otros países se desvincularon después de haberse apuntado a suscribirlos.

Se cuenta con unos parámetros para configurar lo que muchas naciones están deseando, una migración segura, regulada, ordenada, protegida, de tal manera que se defiendan los derechos de los migrantes desde un consenso lo más amplio posible. Los pactos son convenios entre naciones, instituciones para que esa realidad se vaya cumplimentando de la manera más eficaz posible

La decisión de migrar debería ser voluntaria. La migración misma debería ser segura, legal y ordenada. Garantizando los derechos y la dignidad las personas. También se debe de favorecer el desarrollo humano integral de todas las personas de la sociedad y buscar que las personas vivan de forma integrada e integral dentro de sus comunidades.

Se trata de acabar con:

  • La globalización de la indiferencia
  • Latendencia a un marcado individualismo
  • LaCultura del descarte que excluye, consume y se aprovecha del más débil, del pobre y del indefenso
  • El Miedo al otro, a los desconocidos
  • Cerrarnos ante el dolor humano
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